En octubre de 2011 se pudo ver en el CCCB, donde el proyecto tuvo su origen Correspondencias. Todas las cartas. La
idea parte de las primeras videocartas que intercambiaron Víctor Erice y Abbas
Kiarostami y que fueron exhibidas en distintos museos del mundo. Las
intercambiadas entre Naomi Kawase e Isaki Lacuesta se unen a las de Wang Bing y
Jaime Rosales, Jonas Mekas y José Luis Guerín, Albert Serra y Lisandro Alonso,
Fernando Eimbecke y So Yong Kim. Todos ellos directores que comparten la forma
de ver el mundo y rodarlo, con estéticas similares, pero viviendo en puntos
geográficamente alejados.
Los dos directores sólo se han encontrado una vez antes de la realización de
las cartas, como indica Lacuesta en su primera carta. Fue en el Festival de las
Palmas en 2008, donde pudieron hablar muy poco tiempo. El diálogo
cinematográfico acabará en Barcelona donde los dos directores se reunirán y
rodarán algunas imágenes.
Instantes de plenitud y de vacío en sus vidas son explorados en las cartas
que intercambian Isaki Lacuesta y Naomi Kawase. Ambos se centran, de forma
autorreflexiva y con un tono íntimo, en el contacto con otros seres humanos.
Quizás los planos de Lacuesta son más inquietos, en contraste con los de Kawase
bastante más estables, y subrayan los momentos de vacío, en los que irrumpen
con fuerza los instantes de comunión con otras personas, con un toque más
sensual. Es el caso de los planos sobre la cara y el cuerpo de su compañera
mientras está dormida.
Desde el principio Lacuesta intenta acercarse al mundo estilístico de Kawase
con los planos silenciosos de una arboleda, planos de la luz atravesando copas
de árboles, las hojas mecidas por el viento. También lo intenta cuando recorre
con su cámara la piel de su compañera entre las sábanas, que recuerda la
fisicidad del cine Kawase, por ejemplo en Tarachine,
cuando baña a su abuela.
De todas las cartas intercambiadas prefiero la tercera, rodada por Isaki
Lacuesta en el Museo de Historia Natural de Banyoles, que muestra una disecada
visión del mundo, que además es una ruptura de tono con el resto de las cartas.
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