"El Infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio".

Italo Calvino. Las ciudades invisibles.

miércoles, 22 de junio de 2011

LE CHAGRIN ET LA PITIÉ


Marcel Ophuls, fue asistente de su padre en Lola Montes (1955), para posteriormente trabajar para la televisión de Baden-Baden oculto tras el nombre de Marcel Wall –apellido de soltera de su madre-, realizando cortometrajes de ficción y un episodio de L'amour à vingt ans (1961). Posteriormente dirige a J.P. Belmondo en Peau de banane (1963) y Feu à volonté (1965) pero su talento explotará en el cine de no ficción.

Tuvo tres nacionalidades y vivió en tres culturas (alemana, francesa e inglesa), en las que desarrolló su labor creativa que culminó con una obra encargada por Suiza, Le Chagrin et la pitié, subtitulada crónica de una ciudad francesa bajo la ocupación. Para ello elige la ciudad industrial de Clemont-Ferrand. Ideada para la televisión, fue prohibida su emisión en Francia y sólo se difundió a través de las salas de arte y ensayo (el pequeño Studio Saint-Séverin), obteniendo un clamoroso éxito (87 semanas en cartel). Sólo se pudo ver en la pequeña pantalla pasados veinte años de su rodaje.

Film con una poderosa carga política, estudiadamente desapasionado, impresionantemente humano, desmontó el mito de la Francia mayoritariamente resistente y gaullista. Fabulosa labor de montaje, confrontando presente y pasado, mezclando, sin asomo de manipulación, imágenes de archivo con entrevistas a integrantes de la resistencia, colaboracionistas y oficiales alemanes. Es muy meritorio como consigue hacer avanzar el relato a base de entrevistas, siempre consideradas como algo muy poco cinematográfico. Más de cuatro horas de Historia, fascinante experiencia de un cine nunca hasta entonces realizado en Francia, que nunca aburre.

Posteriormente realizaría un film similar sobre Nuremberg y sus secuelas que volvió a estar prohibido en Francia, The memory of justice (1976), y un implacable documento sobre el proceso a Klaus Barbie, Hôtel Terminus (1985-1988).

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