"El Infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio".

Italo Calvino. Las ciudades invisibles.

jueves, 18 de marzo de 2010

Un education


De Lone Scherfig, cineasta danesa, no esperaba gran cosa tras haber visto las que considero sobrevaloradas Wilburg se quiere suicidar e Italiano para principiantes. Y mis prejuicios se han visto confirmados con esta película ligeramente emparentada con Lolita, aunque mucho más reaccionaria, que evita todo aspecto libidinoso y que acaba siendo excesivamente moralista. Lone Scherfig seguirá sacando provecho del cine comercial medianamente inteligente y convencional, mientras me pregunto que maravilla hubiese hecho Eric Rohmer con este guión.
Facilona y olvidable, poco ambiciosa, tiene un guión superficial y manido, repleto de lugares comunes y de contraposiciones simplistas. El mayor logro de la directora es conseguir transformar a una eficiente, fresca y vitalista Carey Mulligan, todo un descubrimiento, de hija sumisa en un clon de Audrey Hepburn, apoyándose en el uso de diálogos sutiles y aprovechando el hermoso rostro juvenil de la actriz para transmitir esta sutil metamorfosis.

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